Gracias, Felipe, por prestarme esta maravillosa ilustración.
Una alegría hacerle/te hueco entre mis girasoles.
"Fueraparte" de todo...ya te echaba de menos.
Auri.
Echar de menos siempre fue una de mis tareas favoritas
Echo de menos el tobogán de las lunas en tu espalda
las buganvillas de una calle de Coyoacán
los cuentos en alemán que Malena escuchaba cada tarde
tu libro de poemas en mi mesita de noche
el olor a alhucema de mi abuela Gracia
los versos curativos que recitaba mi abuelo
Gabriel, y la montaña rusa de sus ojos
nuestra casa amarilla en Ljubljana; fábrica de estrellas fugaces
mamá cantando en el patio de mi infancia
papá sosteniendo que la luna no está menguando;
“es sólo que alguien despistado no apuntó bien cuando tiraba piedras al cielo”
la hoguera de aquél cortijo donde nos gritábamos amor y otras cosas
Álvaro y yo siendo hermanos
Álvaro y yo siendo hermanos
la fiebre de esperarte en la terminal 1, efervescente y viva
la mano de Alba buscándome a tientas
cuando aún era bebé
y me enseñaba que la vida es eso
eso
y nada más
me emocionaste...el ser humano es maravilloso, nos creemos únicos, irrepetibles, especiales...pero solo somos la misma historia que se repite, una y otra vez,los mismos sentimientos,la misma vida...
ResponderEliminarQué bueno haber escarbado en tus emociones.
ResponderEliminarUna y otra vez, así es, Sole, los mismos sentimientos, la mismas vidas...y, digo yo, que de algo servirá contarlo, cantarlo o versearlo...¿no? A mí, con leerte, ya me ha valido. Te propongo un "echar de menos" creado por tí. Me encantaría leerlo...(tocaré a la puerta de tu blog,a ver si me sorprendes)
Un abrazo, bella Sole. Y un suspirito de beso a tu Marina.