Nunca se entiende un sueño
más que cuando se quiere a un ser humano,
despacio, muy despacio
despacio, muy despacio
y sin mucha esperanza.
Pedro Salinas
Tu mano diestra y mi corazón zurdo
juegan al diábolo en la azotea
Yo me bebo la siesta en tus párpados
y no hago pie en la ecuación de tu vida
pero me gusta hablar de ti a los carteles que bordean la autovía
Siempre encuentro razones
para quejarme de la mala ortografía que tienen tus telegramas
por eso escribo despacito en los pliegues de tu espalda
no sea que una tarde le des la vuelta al espejo
y no consigas interpretar mi jeroglífico de tres sílabas
Cuando te creo
el mundo parece recién guisado
y el olor de mis senos
es exacto al de una oliva prensada.
soy tan impaciente para el fuego lento... gracias por recordarme esto.
ResponderEliminarMi niña, bien sabe lo que sabe a calma.
ResponderEliminar¡Guapa!
No tengo palabras...maravilloso, Aura.
ResponderEliminar...y yo no tengo sonrisa suficiente para agradecerte eso que me escribes.
ResponderEliminarUn beso animado.
:)
este poema no sólo es bueno y un recordatorio para mí... también es una belleza.
ResponderEliminarÁngel, que eres un ángel.
ResponderEliminarHola, guapa, me estreno en tu blog. Muy bueno el poema, pero hoy no estoy muy crítico literario. Un besazo. Creo que el viernes sí puedo. Recuérdamelo
ResponderEliminarAnónimo; no se me esconda demasiado si quiere que el viernes de con usted. Ya nos conocemos y sabemos que, en su agenda, los fines de semana comienzan el jueves. Por esto, y más cosas, es usted una criatura linda.
ResponderEliminarUn honor su visita, Doctor.