...no se conocían entre sí, pero se reconocían - ahí el descubrimiento y, también, el consuelo que de esa certidumbre se derivaba - al verse, al olfatearse, al estrecharse la mano, al escucharse recíprocamente.
Fernando Sánchez Dragó
(El camino del corazón)
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Candela se sienta a la orilla de su bañera
y sumerge los pies entre las hojas de alcachofa
que caen al agua
que caen al agua
el cuerpo le sabe a tarde diminuta de higuera
de alberca
de delicioso manifiesto:
podría hacer esto cada día – le dijo él.
yo sé que ella anda buscando un bostezo de guitarra
que le alegre los pies
que la sacuda a bailar con descaro frente a sus manos
también sé que
de un tiempo a esta parte
viste las tostadas con mermelada de limón
se empeña en demostrarnos que la calabaza es un alimento feliz
y nos asegura que su corazón suena en compás de doce tiempos
como la alegría que él construye con sus cuerdas