"...no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando".




Oliviero Girondo









jueves, 5 de mayo de 2011

Diluviando soles




  Me gustaba cuando jugábamos a sumar
  porque de esa forma
  no nos desnudábamos para hacer el amor
  sino que el amor nos hacía a nosotros     
  desnudándonos
 
  renunciábamos a cualquier cifra de besos escuálidos
  -o eso me parecía a mí-
  lo nuestro era desparramar la ternura
  reducirnos a la forma de una lombriz
  volviéndonos más flexibles y ágiles
  para arrojarnos en busca de abrigo
  dentro del fango de la vida
 
  se nos daba de maravilla pronunciar las palabras
  exactas
  así que fuimos a pasearnos la hierva con las manos
  sonaba tan rico el ruido del laberinto donde
   - milagro - 
  siempre acabábamos encontrándonos

  pero tal vez, digo yo,
  no hay susurros que den más vértigo 
  que los que trae el recuerdo
  cuando viene a habitarnos los huesos de dudas 

  y si ésto ocurre,
  a mí las rodillas me palpitan de espanto
  me engancho a la aleta de un pez globo
  comienzo a volar por encima de tus pausas
  y - qué carajo -
  me da por hablarte muy en serio

  porque  no tengo colmillos ni paciencia de elefante
  sin embargo, también soy un animal de palabra

  por eso sigo ofreciéndote un mundo de transparencias
  de trago suave
  sin proyectos vagos
  donde el acto de amarse tiene una gran puerta
  de fácil acceso

  y danzo frente a ti
  con este puñado de abriles que es mi cuerpo

  a ratos lloviendo
  casi siempre escampando

  muy a menudo diluviando soles



martes, 8 de marzo de 2011

AMBROSÍA







Amanece con pelo largo el día curvo de las mujeres, ¡Qué poco es un solo día, hermanas, qué poco, para que el mundo acumule flores frente a nuestras casas!

De la cuna donde nacimos hasta la tumba donde dormiremos -toda la atropellada ruta de nuestras vidas- deberían pavimentar de flores para celebrarnos (que no nos hagan como a la Princesa Diana que no vio, ni oyó las floridas avenidas postradas de pena de Londres) Nosotras queremos ver y oler las flores.

Queremos flores de los que no se alegraron cuando nacimos hembras en vez de machos,

Queremos flores de los que nos cortaron el clítoris Y de los que nos vendaron los pies

Queremos flores de quienes no nos mandaron al colegio para que cuidáramos a los hermanos y ayudáramos en la cocina

Flores del que se metió en la cama de noche y nos tapó la boca para violarnos mientras nuestra madre dormía

Queremos flores del que nos pagó menos por el trabajo más pesado. Y del que nos corrió cuando se dio cuenta que estábamos embarazadas

Queremos flores del que nos condenó a muerte forzándonos a parir a riesgo de nuestras vidas

Queremos flores del que se protege del mal pensamiento obligándonos al velo y a cubrirnos el cuerpo

Del que nos prohíbe salir a la calle sin un hombre que nos escolte

Queremos flores de los que nos quemaron por brujas y nos encerraron por locas

 Flores del que nos pega, del que se emborracha, del que se bebe irredento el pago de la comida del mes

Queremos flores de las que intrigan y levantan falsos

Flores de las que se ensañan contra sus hijas, sus madres y sus nueras y albergan ponzoña en su corazón para las de su mismo género

Tantas flores serían necesarias para secar los húmedos pantanos donde el agua de nuestros ojos se hace lodo; arenas movedizas tragándonos y escupiéndonos, de las que tenaces, una a una, tendremos que surgir.

Amanece con pelo largo el día curvo de las mujeres. Queremos flores hoy. Cuánto nos corresponde. El jardín del que nos expulsaron.

Gioconda Belli

domingo, 13 de febrero de 2011



La despedida
(Remedios Varo)

viernes, 11 de febrero de 2011

Tropezamos

Desde aquel tropiezo contigo
tengo días como mosaicos diminutos
fantásticos sueños en los que encuentro cajones
donde archivar el salitre de tu lengua

no dejo de rondarte

cosecho impaciencia entre mis dientes
y me vuelvo quebradiza
frívola
desagradable
como un orgasmo mudo

quiero invitarte a mi cuerpo de jara

pero nunca nos miramos
como se tocan los árboles

pero nunca nos tocamos
como se miran las hojas













domingo, 23 de enero de 2011

Desnudar a un hombre



Desnudar a un hombre es hablarle con cariño al oído
y decirle su verdad oculta en la enredadera de las dudas.

Hacerle comprender que tú estuviste atrapada como él
en el laberinto de su melodía encantadora de serpientes
por querer ser la mejor entre las féminas de lista interminable.

Desnudar a un hombre es decirle que no bailarás más
al ritmo de su flauta mágica la danza del deseo seductor.

Quitarle con delicadeza y dulzura prenda a prenda
hasta quedar como vino al mundo, inocente y ligero.

Apostar por el cariño y el respeto en la conciencia
de siglos de poligamia y harenes de sedas y fetiches.

Amarlo en sus dones, en sus profundidades desconocidas
en sus talentos escondidos, en la luz de su despertar.

Aceptar mi cojera afectiva y el abandono de mi niña interna.
Descansar en la baldía búsqueda de encontrar a un nuevo padre.

Desnudar a un hombre es confesarle que ya no más
el fingir orgasmos de placer y goce infinitos.

Estimarlo como lo que es, sencillamente un hombre
que elegiste para aprender a amar y desde el amor comunicarte.

Desnudar a un hombre es enseñarle a mostrar su vulnerabilidad
en lugar de encandilar e hipnotizar con la estrategia del engaño.

Desnudar a un hombre es mostrar tu madurez de hembra
habiendo conocido a muchos músicos de gemela condición
que interpretaban su arabesca y perfumada melodía.

Habiendo sido perseguida y conquistada, favorita y repudiada,
amada y después odiada, deseada y por otra remplazada.

Desnudar a un hombre es comprobar en tu actitud serena
que por fin te liberaste de las cadenas de sus hechizos encantados
porque comprendiste que antaño tu “niña” cayó inconsciente

Y dejaste de ser el espejo reflectante de su propia vanidad.


Ana Arriola



sábado, 1 de enero de 2011

A los que amo



Al final del camino me dirán:
-¿Has vivido? ¿Has amado?
Y yo, sin decir nada,
Abrieré el corazón lleno de nombres.

Pedro Casaldáliga


Mamá, Papá, Alba, abuelito/as, abuelo Antonio,
Lola, titos/as, tita Mati, Rocío, Inma, Cristina, Robe,

Araceli, Inmi, Rochi, Esther, Elisa, Clara, Isa, Malena,
Marc, Majo, Iris, Esther, Rocío, Irene, Isita, Vanesa, Lola,
Floren, David, Juani, Sampi, Curro, Álvaro, Marta,
Aubri, Pablo, Carlos, Mónica, Paloma, Ángela,
Josefina, Mª Ángeles (mi maestra)

Jesús, Pablo, Jorge, Felipe, Tomás, Zaqui, Javito,
Jesús, Rafe, Javi,

Abrahana, Mariana, Yessenia, Adiel, Óscar, Gabriel,
Mikkel, Ioanna.


 












lunes, 27 de diciembre de 2010



Guardo en mi bolso una cajetilla de miedos desquiciados.
Quiero fumármelos todos contigo.